En la era de la digitalización, el e-commerce (venta online) ha evolucionado a gran escala. La venta de productos online ha registrado en la última década un crecimiento vertiginoso gracias a la confianza que hemos depositado los consumidores en las compras a través de internet.
Los datos hablan por si solos. En 2019, el 75% de la población mundial usó el canal online para comprar algún producto o servicio. Sin embargo, el crecimiento del e-commerce por sectores es muy diferente.
Los productos frescos luchan una batalla por hacerse un hueco en Internet. Todavía somos reticentes a comprar frutas y verduras online, carne o pescado a través de una web.
E-commerce en el sector alimentario
La venta de frescos online es un reto que los grandes y pequeños supermercados tienen que afrontar en el corto plazo.
Y la pandemia parece ser el detonante final que ha dado un empujón.
Tras el confinamiento, se ha detectado un aumento en las ventas online de productos frescos y todo apunta a que esta tendencia ha venido para quedarse. Los consumidores han ganado confianza.
Logística de perecederos
Una de las principales barreras por las que el e-commerce en el sector alimentario no terminaba de despegar es por la dificultad de mantener la calidad y buen estado de productos perecederos en la última milla. Son productos alimenticios con poca durabilidad y que necesitan de unas condiciones ambientales concretas para conservar sus propiedades. Esto supone un reto logístico que hace más compleja la venta.
Pero gracias a la mejora en la postcosecha para alargar la vida de los alimentos y la optimización de los sistemas
logísticos, el sector puede maximizar la vida útil de productos frescos para garantizar la máxima calidad y seguridad alimentaria en las ventas online.
Además, el e-commerce facilita el acceso a información para que los consumidores hagan una compra responsable. Con un simple clic podemos saber los valores nutricionales, conocer de dónde viene ese producto, bajo que condiciones se ha producido y mucho más. La facilidad de información a través de internet incentiva a las empresas para hacer una trazabilidad total de sus productos y que compartan estos datos con los consumidores, asegurando que ofrecen productos frescos con los más altos estándares de calidad.
El crecimiento del e-commerce en el sector de alimentos frescos presenta desafíos y oportunidades únicas. A medida que los consumidores ganan confianza en la compra de productos perecederos en línea, los minoristas deben adaptarse a la logística de su entrega. La gestión de la cadena de frío es crucial para mantener la calidad de frutas, verduras, carnes y pescados durante el transporte. Innovaciones como el empaque con control de temperatura y el monitoreo en tiempo real mediante sensores IoT son esenciales para superar las complejidades de la última milla.
Además, los avances en tecnología postcosecha han permitido extender significativamente la vida útil de los productos perecederos. Técnicas como el envasado en atmósfera modificada (MAP) y el sellado al vacío ayudan a preservar la frescura, lo que permite a los minoristas ofrecer productos de alta calidad con mayor durabilidad. Estas innovaciones no solo mejoran la eficiencia de la entrega, sino que también reducen el desperdicio de alimentos, abordando una preocupación creciente entre los consumidores concienciados con el medio ambiente.
Por otro lado, la experiencia digital para el consumidor también está mejorando. Las plataformas en línea ahora brindan información detallada sobre los productos, desde valores nutricionales hasta métodos de producción y orígenes, permitiendo a los compradores tomar decisiones responsables e informadas. Esta transparencia fomenta una mayor confianza entre los minoristas y los clientes, asegurando un estándar más alto de seguridad y calidad alimentaria. Con estas tendencias en aumento, el mercado del e-commerce de productos frescos está preparado para expandirse aún más, impulsado por la optimización de la cadena de suministro y la demanda del consumidor de conveniencia, trazabilidad y sostenibilidad.
Adicionalmente, los pequeños productores locales ahora pueden entrar al mercado en línea, ofreciendo productos orgánicos y artesanales directamente a los consumidores, evitando las barreras tradicionales de distribución. Este cambio promueve la diversidad en la oferta de productos y apoya las economías locales, alineándose con la creciente preferencia de los consumidores por opciones sostenibles y de proximidad.